Como pudiste leer en la historia de la
lección 2, pronunciar erróneamente
puede dar lugar a confusiones. En esa historia, sacada de la vida
real, se hacía referencia a las vocales
/ɪ/
y
/i:/
en los verbos live
(vivir) y leave
(marcharse).
Aquí tienes otra historia similar acerca de los contratiempos
derivados de la confusión del sonido vocálico
/ɔ:/
con el diptongo
/әʊ/.
Sucedió no hace mucho tiempo en Estados Unidos. Un turista, Mike
Lewis,
llegó al aeropuerto de Los Angeles dispuesto a tomar un vuelo a
Oakland, ciudad próxima a San Francisco y a sólo una hora de Los
Angeles en avión. Preguntó a una empleada a dónde debía dirigirse, y
ésta, que casualmente trabajaba para Air New Zealand,
confundió Oakland
/'əʊklənd/
con Auckland
/'ɔ:klənd/,
la ciudad más populosa de Nueva Zelanda. Treinta minutos más tarde,
Mr Lewis iba camino de Auckland y sólo se dio cuenta de que algo no
iba bien cuando el piloto comunicó por los altavoces que estaban
sobrevolando Tahití. Finalmente regresó a California, pero había
dado un rodeo de 12.000 millas. |