OM: ¿Dónde cantabas?
NM: Aunque te parezca un lugar común, empecé
cantando...
en la ducha. Pero bueno, pasadas las costas griegas, se
sucedieron sin prisa y sin pausa cantidades de “duchas
tangueras”, hasta que un
día
cualquiera,
micrófono en mano (¡fuera de la ducha, obviamente!)
canté Volver acompañado de un midi, y causé conmoción en
mi casa.
OM: Cantando
tango,
¿qué es lo que más te atrae?
NM:
Todo es hermoso, es vida, es consejo, es el alma de Buenos Aires.
Es
pasado y un eterno presente: la poesía increíble de sus
canciones, el movimiento sensual de sus
fantásticas melodías…
sus intérpretes...
¿qué puedo decirte? Estoy fatalmente cautivado por la música del
firulete y lo más asombroso de este punto de partida, es que
con el pasar del tiempo, lejos de aburrirme, me seduce y
entusiasma más y más.
OM: ¿Recuerdas alguna actuación en particular?
NM: Todas fueron fascinantes y son inolvidables, pero siempre
hay una cajita de joyas que se guarda en el corazón: mi
actuación de cierre en el Teatro Roma de Avellaneda - en mi
tercera presentación en público - fue puro nervio y emoción.
Estaba repleto de gente que primero enmudeció conmovida y luego
se desató en un estallido de aplausos y elogios tan naturales y
afectuosos que jamás podré olvidar. Fue un momento prodigioso
con el que la vida me premió. Me encantó poder compartir mi
pasión por el tango con un público repentinamente unido a mí por
el milagro de la música. El hecho de compartir te da una
motivación extraordinaria, te conecta con la vida y el amor. Es
genial. Al menos, eso es lo que yo siento.
OM: ¿Cuál es tu sueño con esta nueva carrera?
NM: Tengo muchos sueños que entiendo no sólo dependen de mí,
sino indudablemente también de la suerte. Quisiera compartir el
tango con toda clase de público posible e involucrar a mis
pares, a la juventud que últimamente, si bien incursiona en el
género, lo hace únicamente desde la danza. También me gustaría
abordar la composición de temas y promover nuevos tangos porque
pienso que el alma del tango nunca muere ya que es esencia
porteña y pura fibra argentina. Estoy convencido que tanto en
ignotos rincones de nuestras trajinadas veredas como en el resto
del país abundan duendes que no han sido despertados al hechizo
del tango, poetas anónimos a la espera de su despertar, tal como
los artistas talentosos que nos precedieron y que honraron y
eternizaron el compás del 2 x 4.
OM: ¿Observas un resurgimiento del tango?
NM: Sí, por supuesto. Creo que con el paso del tiempo muchas
cosas cambian y, si bien el arte en todas sus expresiones es un
reflejo de esos cambios, siempre habrá un principio elemental
que inevitablemente se inclinará - aún a tu propio pesar - ante
lo que te hace vibrar, sonreír, llorar, o simplemente entregarte
a las emociones más exquisitas. Esa es la esencia del hombre.
Por eso siempre digo que lo bello no pasa de moda, su condición
se sobrepone a las exigencias temporales ¿Quién no conoce y no
ha tarareado El día que me quieras?, ¿Quién no se
sensibiliza con Adiós Nonino? Es sencillamente
aventurarse y revelar el ángel que llevamos dentro ofreciendo
vulnerabilidad ante lo hermoso porque en definitiva esa es la
cuota de magia que cambia la rutina y nos transporta al Olimpo,
aunque sea por un rato... O todo el tiempo que se nos ocurra.
Eso depende de nosotros definitivamente. |